Un tesoro
escondido

Bajo uno de los ecosistemas más áridos y estériles de la Tierra, el desierto de Atacama, en Chile, se esconde un mar subterráneo que se formó hace más de un millón de años. El agua de este mar, que se bombea desde hasta 70 metros de profundidad, es naturalmente rica en minerales.

Una sal única
en el mundo

Una vez extraída, el agua se evapora en estanques expuestos a los abrasadores rayos del sol del desierto. Durante el proceso, se produce una reacción química natural que permite conseguir un grano de sal único en el mundo: reducido en sodio, con un gran porcentaje de potasio y con el mismo sabor, aspecto y rendimiento que una sal marina común de buena calidad. Ese grano de sal tan excepcional es el que usamos en nuestra somalla.

Menos sodio, más potasio

Por regla general, las sales obtenidas por evaporación del agua marina contienen un 86 % de cloruro sódico y trazas de otros oligoelementos, como el potasio, el yodo o el manganeso. La sal extraída del mar subterráneo del desierto de Atacama contiene, de forma natural, un 35% menos sodio. Además, su porcentaje de potasio, un nutriente vital que regula el buen funcionamiento del organismo, es mucho más alto que el de una sal convencional: del 30%.

El objetivo de la OMS

El elevado consumo de sodio contribuye a la hipertensión arterial, aumentando así los riesgos de cardiopatía y de accidente cerebrovascular. Los estados miembros de la OMS han iniciado campañas para reducir la ingesta de sodio en la población con el objetivo de conseguir, en 2025, una disminución del 30%. Es altamente recomendable para la salud, por tanto, sustituir la sal convencional por la sal reducida en sodio extraída del desierto de Atacama. La sal procedente del desierto de Chile con la que se fabrica la somalla Avi Serra es reducida en sodio y una fuente natural de potasio, por lo que incrementa la calidad nutricional del producto.